sábado, 25 de julio de 2009
Rayuela
A Oliveira le gusaba hacer el amor con la Maga porque nada podía ser más importante para ella y al mismo tiempo, de una manera difícilmente comprensible, estaba como por debajo de su placer, se alcanzaba en él un momento y por eso se adhería desesperadamente y lo prolongaba, era como un despertarse y conocer su verdadero nombre, y después recaía en una zona siempre un poco crepuscular que encantaba a Oliveira temeroso de perfecciones, por la Maga sufría de verdad cuando regresaba a sus recuerdos y a todo lo que oscuramente necesitaba pensar y no podía pensar, entonces había que besarla profundamente, incitarla a nuevos juegos, y la otra, la reconciliada, crecía debajo de él y lo arrebataba, se daba como una bestia frenética, los ojos perdidos y las manos torcidas hacia dentro, mítica y atroz como una estatua rodando por una montaña, arrancando el tiempo con las uñas, entre hipos y un ronquido quejumbroso que duraba interminablemente.
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Rayuela eh.
ResponderEliminar:)
(capítulo 5)
ResponderEliminarLa Maga me come la Banana!...: )
ResponderEliminarQue nooo... que estaba de parranda!
Un abrazoo con amoor, en las calurosas tardes murcianas...